Hornachuelos
Victoria Díez y Bustos de Molina
Una mujer joven que amó y vivió intensamente
"La personalidad de Victoria Diez estaba marcada con la paradoja evangélica de lo fuerte y lo débil. Poco por fuera, mucho por dentro.
Valor de lo sencillo, de lo pequeño. Fortaleza de entrega sin límite, sin precio. El amor transforma por dentro y lleva a la pedagogía exterior del amor sin medida.
Siempre de Dios, más de Dios, toda de Dios. Y entregada incansablemente al servicio de los hombres.
Nada de lo que necesitaba el hombre para poder vivir con la dignidad que como a hijo de Dios le corresponde podía ser ajeno a esta mujer que quería ser toda de Dios".
(Carlos Amigo Vallejo. Cardenal. 15/10/1993)
Último Aliento de su vida a los demás